¡Buenas prendas tiene la hornera:
dos palas y una hurgonera!
Aunque van desapareciendo, todavía sobresalen en algunas fachadas de las casas más viejas, las "panzas" de los antiguos hornos de hacer pan. No había en Soto, al revés que en otros pueblos, un horno comunal, sino que la mayor parte de las viviendas disponían de uno propio, hecho en adobe y yeso generalmente. Ese horno volaba sobre las fachadas en lo alto de las casas (para evitar los fuegos y por lo que ocupaban sus chimeneas).
Una vez calentado el horno con "hilagas" o estepas, se cocía el pan amasado en casa. Y se amasaba para una semana o más. Esta tarea exigía herramientas específicas.